Una oración al Señor

Señor, permíteme alabarte, bendecirte, adorarte. Tan a menudo mi oración se convierte en meditación introspectiva que se refiere a mis propios sentimientos y emociones confusas. Tan a menudo me encuentro envuelto en rezar una lista de quejas, o mi atención vaga hacia gente y hechos que habitan en mi mente inquieta. 

 

¿Por qué Señor sigo poniendo mi atención en lo que me separa de ti? Tú eres la fuente de toda bondad, belleza y amor. Me has mostrado tu misericordia en venir a mi y al elevarme a tu propia vida a través de la vida de tu Iglesia. Y todavía sigo viviendo como si las miles de las otras cosas que llenan mi mente necesitasen más atención que tú. Ayudame en esta lucha, a hacerte el centro de mi vida interna. ¡Dame la gracia de la oración! 

 

Señor, permíteme entender que, en y a través tuyo, todas mis preocupaciones pequeñas serán atendidas. Tú no desprecias mis preocupaciones, pero me pides que confíe en que te ocuparás de ellas, cuando yo simplemente mantenga mis ojos en ti y en tu Reino. ¡Señor, muéstrame el camino!

No hay comentarios: