Tu palabra: lámpara para mis pasos

 El Evangelio de hoy, aún dentro del tiempo de Navidad, quizá pueda ayudarnos a meditar y reflexionar. Ojalá que así sea, pues la Palabra de Dios ha de ser siempre alimento para nuestra vida, tal y como dice la canción: "Tu palabra me da vida, confío en ti, Señor. Tu palabra es eterna, en ella esperaré". ¿Verdaderamente confiamos en el Señor? ¿Esperamos en su palabra sabiendo que es sagrada y se cumple hoy? Pidamos a María su intercesión, para que se cumpla esto en nosotros. 

 

Al día siguiente Juan ve a Jesús venir hacia él y dice: «He ahí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Éste es por quien yo dije: ‘Detrás de mí viene un hombre, que se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo’. Y yo no le conocía, pero he venido a bautizar en agua para que él sea manifestado a Israel». Y Juan dio testimonio diciendo: «He visto al Espíritu que bajaba como una paloma del cielo y se quedaba sobre Él. Y yo no le conocía, pero el que me envió a bautizar con agua, me dijo: ‘Aquel sobre quien veas que baja el Espíritu y se queda sobre él, ése es el que bautiza con Espíritu Santo’. Y yo le he visto y doy testimonio de que éste es el Elegido de Dios».

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